¡Madre mía, quién me lo iba a decir hace un año o hace dos! O allá por el 2017 cuando escribía el siguiente post en mi blog de maternidad y donde reconocía abiertamente el miedo que tengo a ponerme un dorsal. Hoy en día sigo teniendo mucho respeto a las carreras pero las enfoco, las vivo, de otra manera. Y mañana estaré luchando por mi segunda media.
La verdad es que estoy nerviosa, aterrada. Al igual que hace un año tengo miedo a que las piernas me fallen, a que no respondan. Pero en mis sensaciones hay algo distinto a hace un año. El objetivo del año pasado era terminar y este año espero poder mejorar el tiempo.
He entrenado, me he quitado horas de sueño, he sacrificado muchas cosas con la intención de mejorar el tiempo del año pasado y aunque no me he fijado una marca concreta sí que me rondan varias ideas en la cabeza.
Todas giran alrededor de las 2:15 y cruzo los dedos. No dejo de visualizar ese tiempo en mi reloj y tras analizar los entrenamientos realizados creo que podría conseguirlo. Pero nunca se sabe y si algo tengo claro es que quiero terminar y, sobre todo, ¡disfrutar!
No será fácil pero lucharé por ello. Sé que sufriré y que gruñiré, mucho, pero estoy dispuesta a darlo todo. Además, una vez más tendré a mi lado a novato en triatlon, quien sacrificará uno de sus entrenamientos de cara a la Maratón de Valencia por acompañarme en mi objetivo. ¡Mil gracias!
Bueno, en las próximas horas sabremos cómo se ha dado mi segunda media maratón, espero poder contarte buenas noticias 🙂
