raquel
Testimonios

La historia de Raquel @raquel_runner

Como me gusta presentar estos posts. Hoy nos cuenta su historia Raquel, una mamá para la que correr se ha convertido en su estilo de vida. No te pierdas su historia porque seguro que te anima a dar el paso que te falta o te sientes muy identificada con ella.

¡Corre a leerla!

Mi nombre es Raquel y tengo 41 años. Nunca me ha gustado correr, aunque si el deporte. Desde pequeñita no he parado: balonmano de 3º a 5º de EGB. En 6º me cambiaron de cole y me metí al equipo de baloncesto, mientras también practicaba tenis, judo y gimnasia rítmica y deportiva. Al final me tuve que decantar por solo una cosa y elegí mi pasión, el tenis. Estuve jugando/compitiendo por equipos en la liga de Madrid (en tercera división, no os vayáis a creer que era tan crack jeje) hasta los 18 años que era la edad máxima hasta la que se podía competir.

A los dos años, como echaba de menos la competición, empecé a jugar al fútbol sala. Estuve jugando 13 años, hasta los 33. Desde entonces, salvo montar de vez en cuando en bici y hacer un par de intentos de salir a correr, no había vuelto a hacer nada de deporte. Lo más, fue hacer en 2013 Bruselas-Amsterdam en bici en 5 días (400km).

https://www.instagram.com/p/sFQaU4hI0L/?utm_source=ig_web_copy_link

Luego ya me quedé embarazada y dejé hasta la bici. Lo único que hacía era darme paseos con el peque, pero llegó un momento que ya sólo iba al parque y poco más. Empecé a notarme cansada, agotada y no me gustaba.

En agosto de 2017, en las vacaciones de verano, sentí una necesidad muy fuerte de salir a correr. Me llevé las zapatillas y las mallas. Estaba convencida de hacerlo, pero finalmente salí un día y ahí quedó la cosa. Nunca más volví a salir.

En junio, por trabajo, tuve que asistir a una charla del Dr. Valentín Fuster. No me imaginaba que esa charla fuera a ser tan interesante y lo que menos pensé es que me creara la necesidad de cuidarme, por dentro y por fuera. Ya desde que nació el niño, ha cambiado para bien nuestra alimentación en casa. Infinitamente menos procesados. Ahora cocino más, intento hacer todo yo y evitamos alimentos que no aporten nada. Pero faltaba algo. Faltaba el deporte, el sentirme bien.

Un día todo cambió

Un día volvió la necesidad de salir a correr. Salí un día, mis primeros 10 minutos (1,4km) y unas agujetas mortales que duraron 3 días. Quién me mandaría a mí. Pero era junio, salir temprano por la mañana era disfrutar de “ese fresquito mañanero de primavera” que tanto gusta. Al día siguiente hice 13 minutos (2,08km) y al séptimo día hice mis primeros 22 minutos (3,4km). Llegaba cansada a trabajo, pero un cansancio distinto porque me sentía bien.

Poco a poco empecé a picarme, tanto, que de repente me vi apuntándome a la carrera #yonorenuncio de Malasmadres. Y llegó agosto y con él, nuevo horario e imposibilidad de salir. Por las mañanas era imposible porque entraba a las 8am a trabajar, por la tarde con el enano no podía y por la noche, sinceramente, no soy persona. Ahí pensaba que todo había acabado.

raquel

Luego nos fuimos de vacaciones y no salí ningún día. A la vuelta tampoco hice nada hasta que recordé que me había apuntado a la carrera y me dije que no podía fallar por lo que a mediados de septiembre volví a salir a correr. Y ahí fue cuando me enganché definitivamente. La carrera me dio tal aporte de energía, que me apunté a la carrera #ponlefreno. Y poco después a la San Silvestre Vallecana.

Esto acababa de comenzar. Pensaba que en invierno me invadiría la pereza con el frío y la lluvia, pero he conseguido vencerla y al final correr se ha convertido en una droga. Me he enganchado y cuando no salgo me siento muy culpable.

Tengo que luchar mucho contra mi cabeza porque para salir a correr, el despertador suena a las 6:45am. Me he propuesto salir de momento 3 días a la semana. Martes y jueves media hora y sábados, mínimo 1 hora. Poco a poco si me voy sintiendo mejor, intentaré ampliar los días y el tiempo de los sábados, único día que no tengo prisa de ir a ningún sitio.

El pasado 31 de diciembre corrí mi primera San Silvestre, fue un momento de muchos nervios, pero terminarla fue increíble y aunque ahora tengo que mantener reposo por una pequeña lesión, ya tengo en la agenda 2 carreras (y alguna más que caerá).

Al final correr se ha convertido en una droga. Correr se ha convertido en mi estilo de vida

Correr se ha convertido en algo más que intentar bajar la barriga. Correr se ha convertido en mi estilo de vida. Como he dicho al principio, nunca me ha gustado correr (y cuando voy corriendo pienso que pa’qué). Pero vencer a mi cabeza y llegar a mi meta es una satisfacción tan increíble que espero que la salud y las lesiones me respeten y me permitan seguir disfrutando mucho tiempo.

Quiero dar las gracias a Arantxa por darnos la oportunidad de contar nuestra historia. De dar voz a las madres y mujeres que corremos, que hacemos lo que podemos, como podemos y que nos animamos a seguir y a mejorar.

Y gracias a todos los que habéis llegado hasta el final. Espero no haberos aburrido mucho.

A continuación te dejo los enlaces a sus perfiles sociales para que la sigas y veas sus logros.

¿Qué te parece la historia de Raquel? Seguro que te sientes identificada con ella en alguna cosa. Yo me quedo con que correr se ha convertido en su estilo de vida En el mío, a día de hoy, también. ¿Y en tu caso? ¡Cuéntame! Y si quieres contarnos tu historia escríbeme. Nos encantará conocerla.

También puede gustarte...