Un mes después, con la cabeza fría y tras un mes muy duro me animo a escribir este post que me hace mucha ilusión. Hace un mes corrí el 10K Villa de Simancas, la última carrera que corrí antes de que nos confinaran, y ya tengo ganas de que llegue la edición de 2023 porque tengo mucho cariño a estos 10 kilómetros, aunque tengo que reconocer que este año fueron duros y la cabeza me la quiso jugar, pero no me dejé vencer.
La carrera, el 27 de febrero, llegó en un momento de mi vida en el que físicamente me encontraba súper bien y tanto el míster como yo teníamos un objetivo muy grande para ella, pero en esa época mi cabeza empezaba a flojear y aunque físicamente estaba a tope, mentalmente no, no confiaba en mí. De hecho (lo contaré en otro post) ahora mismo mentalmente estoy sobrepasada y he retomado mis sesiones con el especialista para remontar el vuelo.
Pero dejemos esto a un lado y centrémonos en la carrera.
La carrera se presentó en un día fresquito, pero a una hora en la que el sol comenzaba a asomar, así que ni tan mal. Como en todas las carreras los nervios se me agarraron en el estómago y empecé a estar callada para intentar tranquilizarme.

Tomamos la salida y el primer kilómetro salió a 5:16, un poco rápido para lo previsto y es que mi objetivo era hacer la carrera a 5:25-5:30, así que a partir de ahí tocó levantar el pie y regular. Me coloqué en mi ritmo y me encontré bien, pero hacia el kilómetro 4 mi cabeza me boicoteó y me empezó a lanzar mensajes que negativos. En ese momento le dije a Edu: «En el cinco me retiro, no sigo, no puedo seguir, no debo seguir». Él se enfadó conmigo y no me dejó retirarme, lo que le agradezco.
Desconozco la razón por la que la cabeza me empezó a decir que no podía, que no lo iba a lograr,pero es lo que hubo.
MMP en 10K
La segunda vuelta del recorrido fue dura por esa parte mental. Intenté no pensar en nada, pero resultó complicado. El kilómetro 8 fue el más duro y el más lento, y los dos últimos salieron a los ritmos que debía.
Al final la llegada a meta fue un alivio, fue gratificante, me sentí PODEROSA porque había sido capaz de seguir, de acabar, de lograr MMP en 10K y de estar muy cerca del sub55 (¡¡¡¡ay esos 12 segundos!!!), pero sobre todo ME SENTÍ VIVA.
Y es que justo un año antes estaba saliendo del hospital por el COVID y me pase demasiados meses sin poder correr. Así que satisfecha, contenta y con ganas de más.

Esta ha sido mi primera carrera de 2022,pero no va a ser la última, ya que tengo un objetivo muy claro para este 2022, que no sé si lo lograré pero lucharé por él y una vez más lo haré de la mano de Pepe, ¡gracias por la paciencia que tienes conmigo!
Y ahora es tu turno. ¿Qué esperas de este2022? Cuéntame.

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